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Médicos de Colombia y EE UU alertan hoy de que un parásito puede transmitir el cáncer a personas. El único caso conocido sucedió en Medellín (Colombia), con un paciente cuyo sistema inmune estaba debilitado por el VIH. Los médicos han tardado tres años en convencerse de que las extrañas formaciones celulares que veían en sus pulmones y otros órganos eran tumores causados por células de gusano.
“Nos quedamos muy sorprendidos" al ver "gusanos planos creciendo dentro de una persona que básicamente sufrían cáncer y este se expandió al paciente causándole la enfermedad”, ha explicado Atis Muehlenbachs, patólogo del Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC). Su equipo describe hoy este salto entre especies del cáncer en la revista especializada New England Journal of Medicine.
El hallazgo es por ahora un caso único, pero despierta la duda de si hay más que estén pasando desapercibidos a los médicos, especialmente en países en desarrollo donde tanto las infecciones con parásitos como la incidencia del sida y otras enfermedades crean el caldo de cultivo perfecto, según explica el CDC en una nota de prensa.
El gusano en cuestión (Hymenolepis nana) es un primo hermano de la tenia. Mide unos tres centímetros y se engancha a las paredes del intestino delgado. Se calcula que hay unas 75 millones de personas infectadas en todo el mundo, la mayoría en países en desarrollo. Generalmente la infección no causa síntomas, pero en casos en los que el sistema inmune está debilitado por otras causas, como la infección con el VIH, la historia puede ser muy diferente.
En enero de 2013, Carlos Agudelo recibió un paciente con VIH de 41 años que había dejado su medicación de antirretrovirales un tiempo antes “porque se sentía bien”. “Tenía fiebre y síntomas respiratorios generales”, recuerda Agudelo, médico de la Clínica Universitaria Bolivariana de Medellín. Pronto detectaron unas lesiones “muy grandes” en los pulmones y los ganglios que parecían tumores y que se estaban expandiendo rápidamente. Pero al hacer una biopsia, las células no parecían humanas. De hecho, su tamaño era 10 veces más pequeño. “Empezamos a preguntar a otros colegas dentro de Colombia y después de fuera, en México, España y EE UU”, recuerda el médico. Nadie parecía saber qué era.
“No sabíamos si era un extrañísimo caso de cáncer o una infección desconocida”, explica Muehlenbachs, al teléfono desde la sede del CDC en Atlanta (EE UU). Pasado mayo de 2013, tras varios análisis del tejido tumoral y sus genes, el laboratorio del CDC especializado en enfermedades con causa desconocida confirmó que contenían ADN del H. nana. El paciente, con la salud muy deteriorada en parte por los tumores, falleció tres días después.
El caso se cerró hace seis meses, explica Agudelo. En los tumores encontraron solo células madre del gusano, las únicas capaces de proliferar y generar una formación maligna. Las mutaciones vistas en ellas son compatibles con otras características de tumores humanos, resalta el trabajo. “El estudio es muy cuidadoso a la hora de calificar este caso como cáncer humano", reconoce Agudelo, pero la explicación más sencilla, admite, "es que estamos ante un cáncer originado no de células de un paciente, sino de las de un parásito”, detalla.
“Nos quedamos muy sorprendidos" al ver "gusanos planos creciendo dentro de una persona que básicamente sufrían cáncer y este se expandió al paciente causándole la enfermedad”, ha explicado Atis Muehlenbachs, patólogo del Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC). Su equipo describe hoy este salto entre especies del cáncer en la revista especializada New England Journal of Medicine.
El hallazgo es por ahora un caso único, pero despierta la duda de si hay más que estén pasando desapercibidos a los médicos, especialmente en países en desarrollo donde tanto las infecciones con parásitos como la incidencia del sida y otras enfermedades crean el caldo de cultivo perfecto, según explica el CDC en una nota de prensa.
El gusano en cuestión (Hymenolepis nana) es un primo hermano de la tenia. Mide unos tres centímetros y se engancha a las paredes del intestino delgado. Se calcula que hay unas 75 millones de personas infectadas en todo el mundo, la mayoría en países en desarrollo. Generalmente la infección no causa síntomas, pero en casos en los que el sistema inmune está debilitado por otras causas, como la infección con el VIH, la historia puede ser muy diferente.
En enero de 2013, Carlos Agudelo recibió un paciente con VIH de 41 años que había dejado su medicación de antirretrovirales un tiempo antes “porque se sentía bien”. “Tenía fiebre y síntomas respiratorios generales”, recuerda Agudelo, médico de la Clínica Universitaria Bolivariana de Medellín. Pronto detectaron unas lesiones “muy grandes” en los pulmones y los ganglios que parecían tumores y que se estaban expandiendo rápidamente. Pero al hacer una biopsia, las células no parecían humanas. De hecho, su tamaño era 10 veces más pequeño. “Empezamos a preguntar a otros colegas dentro de Colombia y después de fuera, en México, España y EE UU”, recuerda el médico. Nadie parecía saber qué era.
“No sabíamos si era un extrañísimo caso de cáncer o una infección desconocida”, explica Muehlenbachs, al teléfono desde la sede del CDC en Atlanta (EE UU). Pasado mayo de 2013, tras varios análisis del tejido tumoral y sus genes, el laboratorio del CDC especializado en enfermedades con causa desconocida confirmó que contenían ADN del H. nana. El paciente, con la salud muy deteriorada en parte por los tumores, falleció tres días después.
El caso se cerró hace seis meses, explica Agudelo. En los tumores encontraron solo células madre del gusano, las únicas capaces de proliferar y generar una formación maligna. Las mutaciones vistas en ellas son compatibles con otras características de tumores humanos, resalta el trabajo. “El estudio es muy cuidadoso a la hora de calificar este caso como cáncer humano", reconoce Agudelo, pero la explicación más sencilla, admite, "es que estamos ante un cáncer originado no de células de un paciente, sino de las de un parásito”, detalla.